Conozca a Stéphane, técnico de logística en el DPSI y aficionado al cine. Nos habla de su fascinación por el séptimo arte y de sus inicios como director de cine.
Háblenos de usted. ¿En qué departamento trabaja?
Me llamo Stéphane Castorix. Soy técnico de logística en la DPSI (Direction du Patrimoine et des Services Intérieurs). Mi trabajo principal consiste en dirigir a todo el personal de mantenimiento, es decir, a los técnicos de superficie y al personal de mantenimiento de los espacios verdes. También tengo el diploma SSIAP y trabajo en cuestiones de seguridad contra incendios. También apoyo a mis colegas en sus tareas de mantenimiento y gestión de activos.
¿Desde cuándo siente esta pasión?
Creo que siempre me han gustado. Desde que tengo uso de razón, siempre me han gustado las historias, los cuentos, las leyendas, etcétera. Siempre me ha atraído el mundo del cine, pero estudiarlo era un proyecto inviable en aquel momento, por los altos costes que implicaba. Con el paso de los años, el cine, y sobre todo los equipos de filmación, se han vuelto más accesibles. Un día se puso en contacto conmigo un amigo que quería hacer una serie. Como tenía experiencia previa como fotógrafo, me pidió que fuera el cámara. La experiencia no resultó concluyente, pero dados nuestros "puntos fuertes", decidimos juntarnos y crear una productora con otros amigos para dar vida a nuestros proyectos y a los de otros.
Le apasiona el cine e incluso hace películas. ¿De dónde le viene esta atracción por el cine?
¿Quién no ama al mismo tiempo el cine? El séptimo arte es fascinante, por la evasión que proporciona. Evoca emociones en todo el mundo: alegría, dolor, empatía... En 1999, la película "Sospechosos habituales" fue mi revelación. Gracias a ella quise dirigir. Quería hacer una película de la misma envergadura.
¿Puede hablarnos de su primer proyecto?
Mi primera producción es un cortometraje llamado "Roklo'". Lo presenté al Festival Prix de Court para 2019. Para mi gran sorpresa, fue seleccionado para ser nominado en el Festival entre un gran número de películas presentadas. Este festival es especial porque se dirige esencialmente a los residentes de Guadalupe, Martinica y Guayana Francesa. La historia de "Roklo" gira en torno a Houston, un fanfarrón, que decide contarle a su amigo Harris, al que no ve desde hace mucho tiempo, una historia que le ocurrió hace unos años. Pero, ¿es realmente cierta? ¿Cuál es la verdad? Toda la trama de la película gira en torno a esta fantástica historia.
¿Con quién trabaja?
Trabajo con todo el mundo, con todas las profesiones de la industria cinematográfica. Según el proyecto, ocupo distintos puestos. Para "Tawara", suelo ser director de casting, guionista, preparador de actores o primer ayudante de dirección. En otros proyectos, soy más bien fotógrafo de plató, como en la película "Goût du Calou", de Marvin Ngan Yamb, o en "Pimentade", de Stéphane Floricien. Fui 1er ayudante de dirección en la película "Y'a Pas d'lézard" de Keaton MC.
¿Cómo describiría su estilo?
En realidad no tengo uno. Hago un poco de todo. Escribo tanto drama como comedia. Mi perfil está más orientado al guión, así que tengo que ser capaz de escribir todos los estilos. No me pongo límites para ser lo más completo posible.
¿Participa en algún concurso? ¿Ha ganado alguna?
Sí, pero indirectamente. A través de la productora Twara, he tenido dos películas seleccionadas para el "Prix de Court Festival"; en 2018, con los cortometrajes "In Love With Ily" e "Intrusion Nocturne", que no ganaron ningún premio ese año. Pero "Y'a Pas D'Lézard" ganó el Premio del Público. Para 2019, mi primera película como director, 'Roklo', fue seleccionada para el mismo festival, pero no ganó nada.
¿Tiene algún apoyo o patrocinador que le ayude con sus proyectos?
No, desgraciadamente todavía no. A decir verdad, todavía no he emprendido una búsqueda activa. Todo es cuestión de "Débrouya", como se suele decir. Mi familia me ayuda a encontrar algunas soluciones, pero para el resto, ¡tengo que buscar trucos!
¿Qué cualidades crees que necesitas para disfrutar de esta afición?
Perseverancia y paciencia. Uno piensa que incluso un cortometraje de 10 minutos se va a hacer rápido y sin problemas, pero nunca se está a salvo de los fallos técnicos, el tiempo y el humor de la gente. En este negocio, dependes de la gente, así que tienes que saber gestionar tanto al personal técnico como a los actores. No siempre es fácil.
¿Cuál sería su sueño como director?
Puede sonar ridículo, ¡pero lo sería tener una serie de éxito en Netflix! Sería enorme si, como guyanés, consiguiera tener mi propia serie en esta plataforma mundialmente famosa. Para mí, sería una verdadera consagración, un reconocimiento de mi trabajo.